viernes, julio 13, 2007

Cristo me dejó preocupado

Yo era el hombre más pacífico del mundo.
Era la tranquilidad personificada.
Era un hombre común, espectador bien educado y entusiasta del equipo que venciera, pero lleno de simpatía por los perdedores en el juego de la vida. Yo sabía ganar y perder, sin perder más de lo que debía.
Si llovía, yo dejaba que lloviera.
Si había sol, dejaba que el sol brillara.
Si hacía frío, dejaba que el frío helara.
Si era primavera, dejaba que la flor brotara.
Yo era el hombre más tranquilo de toda la parroquia.
Todo estaba bien para mí, aún cuando no lo estaba.
Nadie podía tener una queja en contra de mí, pues yo era un hombre de paz.
Un ciudadano calmado, sin mañas, sin extremismos, tranquilo y pacífico: eso era yo.
Si había miseria a mi alrededor, prestaba alguna ayuda y después me tranquilizaba, al saber que poca gente hacía lo que yo acostumbraba hacer.
Si había sufrimiento, brindaba mi ayuda por un tiempo y después volvía a mi pequeña vida particular, sin angustias ni inquietud alguna.
Si alguien llegaba hasta mí llorando, le consolaba con algunas palabras esuqmatizadas, de esas que siempre se le dicen al que llora; luego continuaba yo en lo mío...
Yo era un hombre bueno.
No es que yo fuese el mejor tipo del mundo, ¡pero tampoco era de los peores!
No mataba, no robaba y de vez en cuando, hasta sentía un nudo en la garganta cuando veía alguna película o algún drama de circo.
¡Caramba! hubiera merecido un premio.
En una época de tanto egoísmo, era un tipo leal y sincero.
En una época de tanta neurosis, era un tipo calmado que transmitía paz.
En una época de tanta agitación, era un tipo metódico que nunca dejaba de cumplir mis obligaciones. Y hasta rezaba todos los días, ¡cosa que pocos hacen!
Todo ero era yo:
pacífico, tranquilo, común, consciente de mi lugar, incapaz de entrometerme en la vida ajena, lleno de compasión, paternal, buen vecino, buen amigo, buen empleado, buen hijo, buen ciudadano...
¡Caramba! Merecía un premio Nobel de la Tranquilidad...

Eso hasta que ingresó Jesucristo en mi vida...

¡Y ya no pude quedarme en la mía nunca más! Cuando pasa Él, o se entra en la de Él, o uno no se queda en ninguna...

Fragmento del libro "Cristo me dejó preocupado", del P. Zezinho

lunes, julio 02, 2007

El Coso...

El pasado fin de semana tuve un encuentro de trabajo con mi comunidad juvenil para planear y definir (o redefinir) nuestra forma de trabajar y lo que queremos lograr como comunidad de jóvenes católicos tanto personal como comunitariamente y para con la Iglesia y para con la sociedad.


Es difícil lograr que un grupo de gente joven con intereses, personalidades y actividades diferentes se pongan de acuerdo para lograr objetivos comunes, sin embargo, creo que hemos logrado hacer coincidir nuestro amor por Jesús y hemos decidido trabajar juntos para lograrlo, aunque no sin ciertas diferencias que, abandonándonos en Dios pudimos superar el fin de semana y podremos sublimar para enriquecernos más y crecer como personas, como cristianos y como comunidad.


Y es que uchala mano! en este mundo matraca en el que vivimos las cosas están realmente mal y es necesaria la participación de gente comprometida que quiera hacer una diferencia para que las cosas sean mejores... definitivamente no vamos a arreglar el mundo, pero creo que trabajando como verdadera comunidad podremos aportar algo para la construcción del Reino de Dios.


En fin, quiero dar las gracias a Neme por su guía. Gracias Paulette, gracias Anita, Montse, otra Anita, tocayo, Ro, Manuel, Ram, Rafa; gracias chavos por compartir esta experiencia y por ser ese otro grupo de hermanos (aparte de mis hermanos carnales) que quiere ser Iglesia y familia; gracias por haberme permitido conocerlos un poco más y por permitirme ser parte de sus vidas... Los quiero mucho de verdad.


Por cierto, si por casualidad hay alguien que lea esto (sé que de repente he tenido visitantes que incluso muy amablemente me han hecho el favor de escribirme algo), les explico que el coso fue precisamente el nombre que le dimos a nuestro encuentro, porque no era un retiro y alguien al referirse a él y no saber que nombre darle, dijo "el coso" y así se le quedó... si no entienden, perdón.


Ave!


miércoles, abril 25, 2007

Del aborto y otras cosas

Ante la reciente aprobación en el Distrito Federal (el día de ayer) de la ley que despenaliza el aborto por cualquier razón antes de las 12 semanas (3 meses), me viene a la mente una serie de pensamientos que me cuesta muchísimo trabajo ordenar; sin embargo haré el intento.
Primero que nada, quiero manifestar mi estupor y desagradable sorpresa al ver en la televisión las imágenes de los simpatizantes de la llamada "izquierda" en México, como festejaban alegres y felices luego de la aprobación de dicha ley, como si realmente fuera un gran logro que permitiera el progreso del país o de los derechos de las personas.
Y es que es cierto que las mujeres tienen derecho de decidir sobre su cuerpo, pero la vida que está dentro de ellas no es parte de su cuerpo, es un ser humano completamente diferente a ellas, con diferente ADN, con diferentes potencialidades que la madre, así que al ser una vida diferente, no tienen ningún derecho sobre su vida.
Se ha atacado mucho a la Iglesia Católica en particular, lo cual creo forma parte de una campaña mayor para desprestigiar a la mayor fuerza de cohesión de México, que es nuestra identidad como país católico y se ha dicho que no debe meterse en política y no sé qué tantas cosas más. Creo que, si bien el papel de la Iglesia no es exactamente político, es un error pretender que la religiosidad de la gente quede como algo absolutamente particular y esto es porque uno no pertenece a una religión un día a la semana, sino que forma parte del ser completo de una persona y decide uno pertenecer o no a la Iglesia o a otra religión, comprometiéndose a vivir TODA la vida, TODOS los días siguiendo los principios de dicha religión. Así que si bien los sacerdotes no deben decir por qué candidato votar o dejar de hacerlo, si tienen el deber de defender los derechos fundamentales de las personas, de TODAS las personas y si tomamos en cuenta que el derecho más fundamental es el derecho a la vida y el bebe dentro del vientre materno es el ser humano más débil, pues la Iglesia tiene la obligación de defenderlo.
Aquí hay una página con información muy interesante de lo del aborto: http://www.aciprensa.com/aborto/
Cambiando de tema, como dije en el párrafo anterior, uno se compromete al pertenecer a una iglesia a vivir siempre de acuerdo con sus enseñanzas y es que UCHALA MANO!... creo que eso nos falta a los católicos de a pie (por lo menos en México), vivir plenamente de acuerdo a las enseñanzas de Jesús, todos los días de nuestra vida, defender a nuestra Iglesia y defender al ser humano siempre, amar al prójimo y ¡caray! que ya se nos quite la vergüenza de manifestar nuestra fe.
Creo que la pertenencia a la Iglesia es algo muy libre y cada quien tiene la opción de estar o no en comunión con la Iglesia y me parece que ya va siendo tiempo de compromenternos al 100% y el que no esté de acuerdo con tal o cual tema de la doctrina de la Iglesia... la puerta es muy grande y a nadie se le obliga a quedarse.
Ave!

martes, enero 23, 2007

Empieza el año...

Realmente estoy fastidiado, aburrido, hastiado... estoy en la oficina y no tengo nada que hacer.

Por si alguien quiso leer algo nuevo últimamente, le pido una disculpa por haberlo dejado con las ganas (uy sí, como tengo tantas visitas).

En fin, que tuve un mes de diciembre muy ajetreado, el día primero me fui a un campamento de fin de semana con un grupo de adolescentes de la iglesia y la verdad me la pasé tan bien... realmente es increíble que el poder trabajar con los chavos lo hace a uno renovarse, además de aprender de ellos.

Pero nada más llegar del campamento y prácticamente tuve que venir a trabajar todos los días (¡fin de semana incluído!) hasta el 22 de diciembre, porque teníamos unos pedidos bastante grandes y pues había que cumplirlos.

Ya después tuve la oportunidad de celebrar el nacimiento del Salvador y participé en una Misa tan sencilla, pero tan bella, que me enriqueció mucho, luego de ello tuve la oportunidad de cenar con la familia de mi mamá en Nochebuena y disfruté tanto, que a punto estuvimos de olvidar la verdadera razón de la celebración, afortunadamente, un tío nos hizo la reflexión correspondiente y volvimos a encontrar dicha razón...

La semana que siguió fue prácticamente de descanso total y así pues, tuve después la oportunidad de volver a participar en la Misa para dar gracias por las bendiciones recibidas en el año, pues si bien, tuve algunos problemas, también tuve innumerables bendiciones.

He empezado el año nuevo con nuevos ímpetus y, ahora que lo pienso mejor, no tengo razón para estar de la manera que decía al principio, pues no tengo sino motivos para dar gracias: tengo una maravillosa familia que me ama y a la que amo y que me apoya, tengo un trabajo decente que me permite empezar a labrar mi futuro, he encontrado un grupo de amigos maravillosos con quienes sé que puedo contar, estoy estudiando una nueva carrera que me apasiona y por supuesto, tengo el Amor infinito e inagotable de Dios que siempre está conmigo.

Cierto que hay muchos momentos en que ¡UCHALA MANO! tengo ganas de ese apapacho que solo nos puede dar una pareja y hasta me siento triste, pero creo que poniéndome en manos del Señor y confiando plenamente en Él, me guiará a la persona adecuada para mí y en el momento que también sea adecuado.

Mientras tanto, mis queridos lectores, abuso de su bondad para pedirles que me tengan presente en sus oraciones.

Que el año que empezamos esté lleno de éxito y bendiciones.


Ave!