En los últimos días y debido a las broncas postelectorales en México, la sociedad efectivamente se ha ido polarizando, aunque también es cierto que el PRD tiene cada vez menos confianza y respaldo por parte de la gente (y esto no me lo cuentan porque la gente que trabaja en la fábrica donde estoy, gente sencilla y del pueblo que le creyó a López Obrador, me cuenta que ahora se sienten defraudados y que ya no votarían por él).
Y me doy cuenta que los normalmente pacíficos, tranquilos y conciliadores, nos vamos tirando al extremo de intolerancia, porque si bien es cierto que todo el mundo tiene derecho a expresarse, pues sí da coraje que haya unos cuantos que afectan a los demás y por lo tanto, los ánimos se van crispando y he oído de gente normalmente muy sensata y tranquila, comentarios como "ojalá que se muera el peje" o cosas por el estilo.
Sin embargo, el pasado domingo, tuve oportunidad de reflexionar en mi reunión de comunidad juvenil en la parroquia, estuvimos platicando sobre la relación con los demás y pues primero estuvimos definiendo quiénes eran los demás y creo que ahí empieza el conflicto:
Muchas veces consideramos que los demás (o, en palabras del Evangelio, "el prójimo") son aquellos a quienes tenemos más cercanos y obviamente, pues ahí englobamos a nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros y en general a la gente que en pocas palabras nos cae bien o queremos.
Pero ya nos dijo el Señor Jesús que cuál era el chiste de amar a los que nos aman, si eso hasta los malos lo hacen y fué más allá al darnos el mandamiento de amar a los enemigos y orar por los que nos dañan.
Así pues, en este día quiero hacer una muy especial oración por Andrés Manuel López Obrador, para que tenga salud, paz y tranquilidad y pueda trabajare verdaderamente por el bien del país, por aquellos que han llegado a niveles de intolerancia para que le bajen y también contribuyan al éxito de nuestra patria y por Felipe Calderón Hinojosa, quien hace una hora aproximadamente fue reconocido como presidente electo por parte del Tribunal Electoral para que tenga un período de gobierno exitoso y fructífero para todos los mexicanos.
Oh Sagrado Corazón de Jesús:
a Tí encomendamos nuestra Patria.
Sumérgela en el mar de tu misericordia.
Ayúdanos a edificar en ella
tu Reino de amor y de justicia,
de paz y de perdón.
Y a tu amadísima Madre
Santa María de Guadalupe,
nuestra Señora de la reconciliación,
le rogamos
que nos ampare en el hueco de su manto,
en el cruce de sus brazos,
mantenga nuestra nación en la concordia
y nos recuerde que somos todos hermanos.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario