miércoles, octubre 04, 2006

El valor de la amistad

Primero que nada, si es que hay alguien que me lea, quiero decirle dos cosas: gracias y perdón; gracias por interesarte en lo que escribo y en lo que pienso y perdón por no haber escrito nada en un rato, pero de por sí no me da tiempo de escribir mis reportes para la uni (aunque tal vez solo es un pretexto, porque si le busco, si tengo algo de tiempo, pero soy medio flojo).
El otro día platicando con mis hermanos de la comunidad juvenil en la parroquia, el tema que tratábamos era la amistad y, como siempre, no llegamos a ninguna conclusión, sin embargo pudimos intercambiar opiniones y comentarios y yo llegué a unas conclusiones que, si bien, son completamente personales, creo que no están tan erradas:
  1. La amistad, como todo aquello relacionado con el amor (relaciones de pareja, de padres con hijos, con Dios), es una relación en la que YO estoy dispuesto a darte a TI mi amor y mi vida.
  2. Si bien para que exista una relación completa de amistad, debe haber reciprocidad, creo que yo puedo estar dispuesto a ser amigo de todos y entregarme por completo, aunque no siempre reciba algo a cambio.
  3. Dicen que los amigos se cuentan con los dedos de la mano, sin embargo yo he tenido la fortuna de conocer gente (mucha más de 5), a quienes tengo que considerar mis amigos, porque no son ni mis compañeros de trabajo, ni mi familia, ni simples conocidos, aunque algunos de ellos tenga mucho tiempo que no veo.
  4. El mejor amigo que podemos tener es aquel que siempre siempre va a estar a nuestro lado, aconsejándonos, aceptándonos tal como somos, cuidándonos y perdonándonos sin fallarnos nunca y ese único amigo perfecto, es DIOS. Procuremos corresponder a su amistad.

Creo pues que la amistad es un don que se nos da sin merecerlo (como todos los dones) y que deberíamos a la vez ofrecerlo todo el tiempo a toda la gente. Nunca sabemos si ese que está enfrente podría llegar a ser un gran amigo.

Si es que alguno de mis amigos lee esto, le pido perdón por no haber estado más cercano en las últimas fechas y ofrezco mi amistad sincera a quien no conozco todavía.

Finalmente, quiero agradecer a Dios por los viejos amigos que tengo y por los nuevos amigos que hice en esta semana pasada en una maravillosa parrillada a la que asistí (por cierto, que los cortes de carne estaban realmente exquisitos).

Ave!

1 comentario:

Kike dijo...

Efectivamente, ¡vaya don que es la amistad! Es uno de aquellos por los que más agradecido estoy a Dios.

Mira estas palabras de Saint-Exupéry, me parece que expresan "recontra bien" (así decimos por aquí) una profunda experiencia de amistad:

"[Amigo,] En tu casa puedo entrar sin vestirme con un uniforme [...] sin
renunciar a nada de mi patria interior. Junto a ti no tengo ya que
disculparme, no tengo que defenderme, no tengo que probar nada. [...] Yo[,]
que como todos experimento la necesidad de ser reconocido, me siento puro en
ti y voy hacia ti. Tengo necesidad de ir allín donde soy puro. [...] Te
estoy agradecido porque me recibes tal como soy. ¿Qué he de hacer con un
amigo que me juzga? Si recibo a un amigo a mi mesa, le ruego que se siente,
si renquea, pero no le pido que baile. || Amigo, tengo necesidad de ti como
de una cumbre donde se puede respirar".

(Antoine de Saint-Exupéry. _Carta a un rehén._ Trad. de Susana Saavedra y
Marco A. Galmarini. Versión castellana de la 139° ed. francesa. Buenos
Aires: Goncourt, 1967, pp. 65-67).